ComeCocos

-¿Te apetecen unas patatas fritas para acompañar la coca-cola?-preguntó el camarero.
-No, muchas gracias de verdad.

No me gusta comer en una primera cita. Estoy nerviosa y los nervios me lo impiden. No entra en mis planes comerme ni una sola patata frita en este momento.
El camarero se larga resignado. Vuelve la intimidad. El chico que me acompaña me mira sonriente.

-¿Y un bollito? ¿Quieres que te compre uno?

Dios santo. Ya he dejado claro que no quiero comer nada, ni patatas, ni un bollito, ni la puta polla de Nacho Vidal servida en bandeja de plata, joder. Además, ¿qué es eso de "te compre"? ¿Qué pasa que soy una muerta de hambre que no puedo pagar una palmera de chocolate de un pavo? ¿O que aun vives en el siglo XVIII y crees que a una "dama" hay que pagarle todo? Y en tercer lugar me jode por el diminutivo. Bollito... Como si fuera una niña pequeña con dos coletitas respingonas a la salida de un colegio. Vale que tenga 20 años, y él 28, pero joder que llevan creciéndome los pelos de abajo desde hace una década, justo cuando paré de jugar con muñecas...

Está bien. Cálmate. Tal vez el chico no es consciente de cuánto puede ofenderte con tan pocas palabras. Tal vez solo intenta ser agradable, caerte bien y no sabe cómo... Estás muy irascible Abyss, deberías hacer yoga.

Respiro hondo, sonrío y le contesto que no, que muchas gracias pero que no tengo nada de ganas.
Se rinde.
Bien.

Y dejando la puñetera comida a un lado, le pregunto por el trabajo. Craso error, Abyss. Y todo por no controlar las preguntas, que de manera innata, y como futura periodista, me salen solas.

Una hora y media de reloj hablando de sus odiosos compañeros, su jefe, su sueldo, su descontento... Me parece perfecto que me hable de su curro, se me da bien escuchar, más que contar mi vida. Pero creo que para una primera cita debería de ser menos peñazo, y también interesarse por algo mío.

La tarde transcurrió de forma previsible. Beso, beso, abrazo interminable y cansino, media hora de su vida relatada, beso beso, otra vez su vida, abrazo cansino, beso, otra vez su vida.

Acabamos en un parquecito. Los de mi generación asociamos parque con sexo. Da igual del tipo que sea. Pero sexo, sexo, sexo. Pensé que entonces se iba a mostrar más pasional, más fogoso, porque se había mostrado muy soso, con horchata en las venas, y que tal vez ahí mejorase la tarde. Pero fue raro...

A mi me gusta, cuando me pongo caliente, besar con ganas. Comerme al otro, fundirnos en violencia lingual. El besaba tan suave como si me fuera a romper. Y estaba empezando a estar hasta el mismísimo de los putos abracitos. No me abraces. Empújame contra una pared, bésame con furia. Lléname los labios y el cuello de babas, aplástame con las manos las tetas. Apriétate contra mi con la respiración agitada y la polla dura clavándoseme por encima del vaquero. Méteme la mano por dentro y sóbame el culo.
Pero por favor, no me abraces más, que no soy un osito amoroso, y quiero polla, hostia puta ya.

Pero todo esto no lo dije...
Bueno, al menos no en voz alta.

Intentaba que entendiese todo eso a través de mis besos. Ansiosos, con hambre, como si quisiera comerle como una caníbal. Pero el respondía con la misma suavidad impasible.

Hay que joderse, los hay sosos y luego estás tu, niño…

Niño, niño, con el pelo corto castaño tirando a pelirrojo, la piel blanca, los ojos negros y brillantes, espalda ancha y poco más alto que yo. Guapo, pero tampoco un Brad Pitt… te falta pasión…

De pronto y sin yo esperarlo veo que a pesar de la suavidad de sus besos empieza a tocarme el culo por encima del pantalón. Aprieta la mano contra mi nalga izquierda, y la afloja, y así una y otra vez, como comprobando la tersura de la piel por encima del vaquero. Bueno, parece que empieza a mejorar la cosa… bien… Me dispongo a sobarle por la espalda, el pecho, y llego ya al paquete. Está duro, pero tampoco es un gran bulto, tal vez la tenga pequeña. No lo sé, es difícil saberlo con el vaquero estorbando. Me separa la cara, me mira, y por fin me mete la mano por dentro del pantalón. Estamos apoyados en la valla de un parque, yo sobre él. Me soba el culo con miedo. Joder qué tímido es… Yo sigo palpando. Justo pasa un grupo de niños de unos 10 años cerca de nosotros. A mi me dan igual los niños, sigo a lo mío, pero él se corta, y decide que vayamos a otra parte del parque. Nos agarramos de la mano y para dentro sonrío, pensando que si vamos a un sitio más íntimo quizás no se muestre tan tímido y pueda por fin despendolarse y empezar a ser más fogoso conmigo.

Caminamos, y no encontramos un puñetero sitio mejor en todo el parque.

-Conozco un parque que está oscuro, y nunca hay nadie. Está cerca de mi casa, pero hay que andar un poco…

Sin rechistar le vuelvo a agarrar la mano y le digo con firmeza que vayamos ya mismo para allí.

Después de diez minutos andando llegamos al parque. Junto a él está la boca de metro. Es un parque pequeño, sin iluminación. Nadie merodea por él. Es perfecto.

Él se apoya contra un banco de madera y vuelvo a echarme encima. A besarle, frustrada porque no responde con su lengua con el mismo desenfreno que yo con la mía. A meterle mano. Le pongo la mano en mi coño, por debajo del pantalón. La mueve lastimeramente, como diciendo “¿Lo estaré haciendo bien?”. Menudo chico más tímido y con poca iniciativa…

En fin a pesar de todo le desabrocho el pantalón, y voy a comenzar a tocarle bien. Está dura. Efectivamente no me equivocaba, es pequeña. Bueno, a ver, no es un micropene, pero como mucho le debe medir 13 centímetros. No pasa nada, pienso para mí. Lo importante es que sepa usarla adecuadamente. Le empiezo a tocar intensamente mientras le beso, y oh dios vuelve a abrazarme mientras lo hago. Que pesado joder… putos abracitos de mierda, juro que después de esto no voy a volver a querer más putos abrazos en seis meses al menos.

Agita la respiración, pero le noto nervioso, hay algo que no funciona bien…

-Vámonos más al fondo del parque que me desconcentran los coches-me dijo sin mirarme a los ojos. Tal vez tenga miedo de lo que pueda pensar de su polla, tal vez tenga complejo y por eso quiera que nos adentremos más al fondo, donde esté más oscuro y no pueda ver nada.

Llegamos a una zona de parque infantil. Él se apoya en la vaya y vuelve a sacarsela. Me pone a un lado de él, en lugar de enfrente. Le vuelvo a tocar.

Empiezo suave, mientras le voy comiendo el cuello. Empieza a hacer movimientos raros con la pelvis, como involuntarias convulsiones cada 4 segundos. Aumento el ritmo.

Empieza a respirar agitadamente. Le sigo comiendo el cuello y el mira al frente con la mirada perdida, busco un beso inútilmente (oh dios Abyss para, que te arriesgas a que te de otro puto abrazo).

Ahora las convulsiones son cada 2 segundos. Le doy caña, subo más el ritmo aun sin dejar de agarrarsela con firmeza, sin miedo, sin dejar de rozar el glande con el borde de mi mano derecha. Las convulsiones son ligeramente más violentas y de repente de refilón veo como cierra los ojos y suspira para pasar a notar el semen caliente escurriéndose por mi mano y saliendo a presión hacia el frente. No dejo de meneársela, aunque con más suavidad, hasta pasados unos segundos después de que se corra.

Meh… vaya mierda la verdad que nunca había hecho en mi vida una paja tan sumamente sosa como esta.

Saca dos clínex, me da uno para limpiarme la mano y otro para limpiarse él. No dice nada. Tampoco le atosigo, hay gente que después de correrse necesita su espacio. Pero no era de esos, porque acto seguido me coge el clínex después de que me haya terminado de limpiar la mano (y la zapatilla, que me la había pringado también), y me abraza… Este abrazo si que fue largo, joder, jodidamente largo. Cinco minutos de abrazo sin decir absolutamente nada, sin moverse, estrujándome, estando yo con el cuello tronchado, intentándome mover para soltarme, o para al menos darle un beso, y no pudiendo hacerlo de lo apretada que me tenía…

Cuando por fin me suelta le doy un fugaz beso y me aparto a un lado. Me aparto porque tengo miedo de que me vuelva a capturar y tenga que tirarme otros cinco minutos interminables apachurrada.

Caminamos al frente, sin decir nada. Yo soy una persona bastante espontánea, y conmigo siempre suele haber tema de conversación. Pero me cortaba tantísimo el rollo sacar un tema con él… que no lo hacía. Y había silencios incómodos (al menos para mi).

Me siento en un banco, y el me sigue. Saco dos cigarros, los encendemos, y él abre la boca. Esta vez para hablarme de los botellones que hacía cuando era más joven en este parque, y decirme entristecido que ya no viene gente a él. Yo asiento poniendo cara de gilipollas, porque no me nace comentar nada al respecto.

Acabamos los cigarros, y de nuevo otro silencio incómodo. Sin poder ya reprimirlo más tiempo me sale la cara de mala hostia. Se debió de dar cuenta.

-Bueno, ¿te acompaño ya al metro? ¿O quieres que vayamos a cenar?

-No no, me tengo que ir, de hecho llego tarde, quedé a las 10 y son menos cuarto…

Se levanta y caminamos hacia la boca de metro. Según nos aproximamos a las escaleras, ambos nos miramos los pantalones ahora que por fin tenemos algo de luz, para comprobar que no haya caído ningún goterón de leche que no hayamos visto antes.

Bajamos. Me acompaña hasta el andén. Me despide con un beso (y si, otro puto abrazo cansino e interminable).

Me salva que justo lleva el tren, y me despido de él casi corriendo, sin a penas mirarle a la cara. Me dice mientras me alejo que le escriba cuando llegue a mi barrio, me llama guapa.

Le digo de espaldas entrando en el tren que no tengo batería.

________________________________________________________________AbySs

Aquí pongo un texto que encontré entre cuadernos viejos, escrito hace bastante tiempo :)

Vestidita de princesa
mi boca llena de los besos que te iba a regalar.
Ahora el rimmel tiñe mis mejillas
las lágrimas no paran de brotar.

Los sueños rotos, amontonados en un baul,
ya no sé quien soy, pero sé quien eres tu.

Eres el que me llenó el corazón
de esperanzas, momentos y ficticio amor.

Lo guardaste bajo llave en una cajita de cristal,
y ahora la cajita flota, rota
en medio del mar...

No tengo sangre en las venas,
ahora solo es alcohol.
La madrugada llena
está de penas,
los orgasmos apilados conservados en formol.

Tu olor me envuelve y embriaga mis sentidos,
hace tiempo que sabía que en el fondo te habías ido.

Tus tequieros ya no eran fuertes y rotundos,
los errores se repiten, es la ley universal del mundo.

El alma cantando poemas cargados de realidad,
quiero escapar, viajar y esconderme en otro lugar.

Los tacones de mis zapatitos se han partido,
pero aun asi huyo y de ti para siempre me despido.

Te digo adios aunque quiera aun pertenecerte,
y aunque no reciba respuesta dije todo lo que estaba en mi mente.

Me pisaste demasiado,
ahora pisarte me ha tocado,
y aunque la que sangre sea la que escribe y llora,
se que tu soledad de por vida es mas terrible y dolorosa
que los momentos que tuyos y mios fueron
y ya no existen ahora...

__________________________________________________________________By AbySS**

ComeCocos

domingo, 3 de marzo de 2013

Confusa esperanza

miércoles, 6 de febrero de 2013

Voy a beber hasta que no sepa quien soy

sábado, 22 de septiembre de 2012

GILIPOLLAS

martes, 28 de agosto de 2012

:d

sábado, 11 de agosto de 2012

Esperando lo que nunca llegó, te digo adios...

lunes, 25 de junio de 2012

IRA IMPOTENCIA PUTA MIERDA