AUTODESTRUCCIÓN A DISCRECIÓN

 Aquí dejo algunas de las reflexiones que se hacen en momentos de autodestrucción, de tristeza y soledad.

Autodestruyendo mis propios sentimientos. Intentando no sentir lo que siento y no consiguiendo nada con ello... Intentando auto-ocultarme cosas por las que palpita mi corazón. Probando a olvidar también el pasado, aunque miro sus fotos y duele pensar que ahora mientras que yo no, él por fin es feliz con otra en mi lugar. Mirando a los ojos a esa nueva persona especial en mi vida, sabiendo que su estancia a mi lado no me va a durar mucho, llorando en silencio cuando me arranca el alma a mordiscos con sus palabras y sus actos afilados y sangrantes como cuchillos oxidados. Intentando en vano centrarme en las cosas que se supone, deberían ser lo más importante en este momento de mi vida, mientras siento que ésta se escapa entre mis dedos tan rápido y fugaz como la arena de la playa entre las manos de un niño que construye su castillo con un cubo y una pala. Tratando de ocultar el rechazo que existe en mí hacia mi misma, cuando se supone que debería quererme, respetarme, complacerme. Suplicándome frente al espejo que sea fuerte, que no me haga ésto, que siga adelante y salga de ésta como siempre he hecho. Odiando cada bocanada del aire que respiro. Implorando libertad sin obtenerla aunque me arrodille pidiendo clemencia ante ella. Pensando en locuras que sé que nunca voy a ser lo suficientemente valiente como para cometer. Locuras que me harían feliz, pero demasiado osadas. Preocupándome más de lo que esperan de mi, intentando complacer a todo el mundo, cuando por dentro estoy sangrando lágrimas de pena y frustración. Autodestruyéndome a discreción, sin miramientos ni pausas, sin poder evitarlo... Sumergida en un pozo de sueños rotos y hundiéndome cada vez más en él... El agua ya me llega al cuello... Me pregunto... ¿Cuánto tiempo más aguantaré sin ahogarme?